Terapia de exposición: confrontar el miedo para aumentar el bienestar

¿Estás listo para enfrentar los miedos y aumentar tu bienestar? Descubre la poderosa terapia de exposición, una técnica efectiva que te ayudará a superar tus temores y alcanzar una vida plena y feliz. ¡Despídete del miedo y comienza a vivir sin limitaciones!

Terapia de exposición: confrontar el miedo para aumentar el bienestar

Si alguna vez ha luchado con miedos intensos, o conoce a alguien que lo haya hecho, es posible que haya oído hablar de la terapia de exposición. En el mundo de los negocios, a menudo encontramos una versión practicada fuera del ámbito de la psicología clínica: capacitación y entrenamiento diseñados para superar el miedo a hablar en público o presentar frente a un grupo grande.

Pocos miedos más allá del miedo a hablar en público o el miedo a volar se consideran un juego justo en el trabajo, por lo que la terapia de exposición probablemente no sea un tema de conversación a la hora del almuerzo. La realidad es que, incluso fuera del trabajo, a menudo no sabemos si alguien sufre de ansiedad o si está buscando tratamiento, ya sea terapia conductual, psicoterapia o medicación, para ello.

Un lado positivo de la pandemia es que los problemas de salud mental están saliendo a la luz. Si bien menos estigma es bueno, todavía hay muchas lagunas en el conocimiento de las personas e información inexacta.

En este artículo, proporcionaré una descripción general de la terapia de exposición. Explicaré cómo funciona la terapia de exposición, sus diferentes tipos y técnicas, para qué problemas mentales y fobias específicas la terapia de exposición es un tratamiento eficaz y la eficacia de la terapia de exposición prolongada.

¿Qué es la terapia de exposición?

¿Alguna vez has escuchado algo como “tienes que enfrentar tus miedos para superarlos”?

Bueno, el tratamiento de exposición es similar a eso. La idea básica de este tipo de terapia es que mediante la exposición controlada y segura a un objeto temido, guiada por un médico, una persona puede lograr una reestructuración cognitiva; esencialmente, se interrumpe el patrón de estímulo y respuesta automática. Se crea un nuevo camino y conexión que es más adaptable.

La terapia de exposición es una opción de tratamiento reconocida por la Asociación Estadounidense de Psicología y otros organismos profesionales de todo el mundo. Es un tipo de terapia conductual, a veces agrupada en una categoría más amplia de terapia cognitivo-conductual (TCC), que utiliza técnicas basadas en evidencia para exponer a una persona al estímulo que le provoca sentimientos de ansiedad o miedo.

Vale la pena entender que la terapia conductual es una forma de psicoterapia. Se enfoca en mapear estímulos y respuestas desadaptativas y cambiar esas respuestas. La terapia conductual es una terapia rápida. Puede traer beneficios significativos a corto plazo al centrarse en el “qué” sin intentar comprender el “por qué” o la raíz de los patrones de estímulo-respuesta.

El objetivo final es mejorar la capacidad de funcionamiento del cliente reduciendo su nivel de ansiedad para que cuando vuelva a enfrentarse a este estímulo no le afecte como antes.

Cuatro tipos de exposición.

Hay varias formas diferentes de abordar la exposición a los estímulos temidos. Los mejores tipos de exposición para una condición determinada dependen de varios factores, según lo evalúe un médico capacitado. Obviamente, existen algunas limitaciones dependiendo de la situación temida y las circunstancias que rodean a una fobia específica. Además, se debe considerar el tipo y la magnitud de la respuesta asociada con el estímulo.

Volver a colocar a alguien en un evento o experiencia traumática no debe abordarse a la ligera, por ejemplo, por parte de un miembro de la familia bien intencionado que intenta ayudar.

  • Exposición en vivo. Este tipo de exposición implica que la persona se encuentra ante el estímulo temido que le provoca ansiedad, en la vida real. Por ejemplo, si una persona le tiene miedo a los perros, se llevará a un perro a la exposición in vivo, en la vida real. Siempre que la respuesta no sea demasiado traumática o cree una experiencia peligrosa, este tipo de exposición puede ser práctico para la habituación repetida a corto plazo, como para abordar la fobia social.
  • Exposición imaginaria. Este es el tipo de exposición que generalmente se usa cuando el estímulo no es fácil de acceder y traer a una sesión de terapia, por lo que el terapeuta usa técnicas de imaginación para trabajar con las sensaciones que trae el estímulo, sin tenerlo físicamente allí.

    Un ejemplo de esto es una persona que tiene miedo a volar. Como sería bastante imposible llevar esto a una sesión, la persona tiene que imaginarse que está en un avión.

  • Terapia de exposición de realidad virtual. Esto se usa en los mismos casos que se usa la exposición imaginal, sin embargo, no requiere una técnica de imaginación desde cero. La realidad virtual ayuda a crear el estímulo y la respuesta al mismo, al observar y vivir dentro de una realidad diferente, a diferencia de la habitación y el contexto actual en el que se encontraría la persona en ese momento (es decir, la sala de terapia).
  • Exposición interoceptiva. Este tipo de exposición se utiliza para exponer a la persona a las sensaciones físicas que no le gustan, como los sentimientos de ansiedad, para que se dé cuenta de que estas sensaciones no son tan amenazantes o peligrosas como pensaba.

    Por ejemplo, podríamos hacer que una persona haga ejercicios de cardio para activar y acelerar su ritmo cardíaco, que es uno de los síntomas que temen. El objetivo del ejercicio es darse cuenta de que este sentimiento físico no es una amenaza y es una respuesta humana corporal.

  • Terapia de exposición: confrontar el miedo para aumentar el bienestar

    Técnicas de terapia de exposición.

  • Exposición graduada. El terapeuta ayuda al cliente a definir una lista de situaciones que le provocarían una respuesta desagradable y clasifica cada una de ellas del 1 al 10 dependiendo de lo desagradable que sea cada situación. Una vez hecho esto, con cada una de estas situaciones construyen una lista que va del 1 al 10, siendo 1 la situación menos peor y 10 la peor absoluta.

    La exposición graduada consiste en exponer a la persona a estas situaciones, comenzando desde abajo y terminando en la peor.

    Por ejemplo, si el miedo son las “arañas”, la exposición graduada comenzaría con que la persona mirara la imagen de una araña y terminaría con la persona cerca de una araña de la vida real.

  • Inundación. Usando la misma jerarquía de miedo que se usa en la exposición graduada, la inundación consiste en exponer a la persona a la peor situación de la lista. A diferencia de la exposición graduada, que es gradual, la inundación es como sumergirse en lo más profundo.

    Por ejemplo, usando el mismo ejemplo anterior, la persona estaría expuesta inmediatamente a una araña de la vida real.

  • Desensibilización sistemática. Es un tipo de técnica de exposición que se combina con técnicas de relajación. El objetivo es entrenar a la persona para que pueda asociar el estímulo desagradable con sensaciones relajantes y utilizar estas técnicas de relajación, si es necesario, durante el tiempo que esté expuesto a estas situaciones fuera de la terapia.

    Por ejemplo, si una persona se expone a una araña, practicará sus técnicas de relajación ante la presencia de este estímulo, para combatir las sensaciones de ansiedad que pueda provocar.

  • Exposición prolongada. La persona está expuesta a la situación que le provoca sentimientos desagradables, durante un período prolongado de tiempo. Esto hará que sus respuestas corporales alcancen un punto máximo y disminuyan gradualmente de forma natural.

    Un ejemplo de esto sería exponer a una persona a un perro (suponiendo que quisiera trabajar su miedo a los perros), y hacer que experimente todos sus síntomas de ansiedad habituales, y luego esperar con ellos, sin quitarle este perro, hasta que su el cuerpo y la mente se calman naturalmente.

  • Exposición y prevención de respuesta. Este tipo de exposición se usa especialmente con TOC. Durante la sesión, la persona se expone a la situación que desencadena sus pensamientos obsesivos. En su día a día habitual, esto daría lugar a que se involucren en una acción catalogada como “compulsión”. Pero durante esta técnica de exposición, la persona está entrenada para no participar en esta acción, evitando su respuesta compulsiva habitual al pensamiento obsesivo.

    Por ejemplo, una persona que sufre TOC puede tener pensamientos obsesivos de sentir que no ha cerrado bien la puerta después de salir de casa. La compulsión habitual que siguen es volver a casa y verificar esto después de que ya se hayan ido. Entonces, durante esta técnica de exposición, haríamos que esta persona saliera de la casa, tuviera este pensamiento obsesivo, pero se abstuviera de regresar y verificar.

    Por supuesto, esta no es una técnica de una sola vez. Tiene que ser entrenado para que tenga efectos duraderos y notables en su TOC diario.

  • ¿Qué problemas mentales puede tratar la terapia de exposición?

    Trastorno obsesivo-compulsivo (TOC):

    Las personas que sufren TOC experimentan pensamientos obsesivos centrados en un tema determinado. Se involucran en comportamientos compulsivos para aliviar la ansiedad que sienten debido a estos pensamientos.

    Los pensamientos obsesivos pueden variar, sin embargo, algunos temas comunes son:

    • Gérmenes y limpieza
    • Enfermedad y dolencia
    • Controlando su entorno
    • obsesiones religiosas
    • Obsesiones sexuales no deseadas

    Las compulsiones que las personas pueden experimentar debido a estos pensamientos obsesivos también son diversas. Los comportamientos compulsivos comunes incluyen limpieza excesiva, desinfección, verificación, repetición, conteo, igualar números e incluso movimientos corporales como la corrección de postura exagerada.

    Si bien el TOC a veces se presenta como peculiar en la cultura pop, los pensamientos obsesivos pueden ser muy angustiosos. Los comportamientos compulsivos pueden volverse tan elaborados o constantes, como lavarse las manos hasta el punto de sangrar o secuencias que deben reiniciarse si no se ejecutan perfectamente, que interfieren con la vida y el trabajo diarios básicos.

    Trastorno de estrés postraumático (TEPT):

    Este es un trastorno que puede ocurrir cuando una persona ha presenciado o experimentado un evento traumático, como una agresión sexual, un accidente grave, un desastre natural, un ataque terrorista o violencia.

    Las personas que sufren de PTSD pueden tener pensamientos y sentimientos perturbadores relacionados con el trauma que experimentaron, pero eso ya ha terminado. Estas respuestas pueden surgir de la nada o pueden desencadenarse por un estímulo que les recuerda el trauma. Además, pueden incluir respuestas corporales (síntomas de ansiedad, congelamiento…), tristeza, miedo, flashbacks, pesadillas o terrores nocturnos.

    Por ejemplo, una persona que ha sido abusada sexualmente puede experimentar escenas retrospectivas del momento en que sucedió y puede tener una respuesta corporal desagradable al contacto físico.

    Trastorno de ansiedad generalizada (TAG):

    Este trastorno se caracteriza por una preocupación constante por los acontecimientos y temas de la vida cotidiana. La ansiedad es una respuesta necesaria que tiene nuestro cuerpo como mecanismo de supervivencia, pero se convierte en un problema cuando esta respuesta ansiosa no es necesaria porque no hay peligro o amenaza que necesite una respuesta de “lucha o huida” de nuestra parte.

    Por ejemplo, una persona con TAG podría experimentar síntomas de ansiedad porque un ser querido no responde a sus mensajes de texto o por miedo al futuro.

    Fobias:

    Esto incluye cualquier miedo extremo y persistente de algo o de una situación que hace que la persona lo evite a toda costa, lo que a veces resulta en problemas en las actividades de la vida cotidiana.

    Algunas fobias comunes son la agorafobia (miedo a los espacios abiertos y públicos), la claustrofobia (miedo a los espacios cerrados) y la fobia a cosas específicas, como un determinado animal u objeto.

    Desorden de ansiedad social:

    Este trastorno consiste en un miedo extremo a las situaciones sociales que implican conocer gente o interactuar con otros. Puede incluir pensamientos de ser observado y juzgado constantemente por otros.

    Una persona que sufre de trastorno de ansiedad social puede evitar situaciones sociales como fiestas o reuniones de compañeros de trabajo para no sentir esta ansiedad. Sufren además la pérdida de conexión social.

    Trastorno de pánico:

    Este trastorno de ansiedad se caracteriza por ataques de pánico regulares que a veces no tienen un desencadenante específico. Esto a menudo puede interferir con las tareas y actividades cotidianas.

    Trauma:

    Esto puede incluir una amplia variedad de traumas, que es una respuesta que nuestro cuerpo y nuestra mente tienen ante una situación estresante o angustiosa. El trauma puede hacer que la persona se sienta indefensa, herida y sin la capacidad de hacer frente a ciertos sentimientos y emociones.

    Los ejemplos de trauma incluyen haber experimentado una agresión sexual, un ataque terrorista, un desastre natural, violencia doméstica o una crianza abusiva.

    Terapia de exposición: confrontar el miedo para aumentar el bienestar

    ¿Qué es la terapia de exposición prolongada?

    La exposición prolongada consiste en que una persona se enfrente a su miedo durante un tiempo que le permita experimentar el pico de sus respuestas corporales desagradables y ansiosas, y luego una disminución de esta ansiedad para que el cuerpo alcance su estado neutral.

    Con este tipo de exposición, es muy importante no interrumpir el período de exposición antes de que el cuerpo de la persona haya alcanzado nuevamente su estado neutral y relajado, ya que hacerlo podría resultar en el efecto contrario al que el terapeuta desea lograr con este ejercicio (es decir, la el miedo de la persona está aún más inculcado en ellos).

    ¿Es efectiva la terapia de exposición?

    Esa es la pregunta clave, ¿verdad? Es poco probable que hagamos un esfuerzo por hacer algo cuando los resultados no son claros. Por supuesto, cuando hablamos de técnicas para mejorar nuestra vida, para adaptar nuestro comportamiento o para enfrentar y superar miedos irracionales, el grado de éxito dependerá de nuestro caso particular. Hay que tener en cuenta ciertas variables.

    Antes de saltar a ellos, es útil considerar algunos datos. La terapia de exposición es un tipo de terapia científicamente probada. Entre el 60% y el 90% de las personas experimentan una mejora significativa tras recibirlo.

    Es una técnica poderosa y efectiva.

    Esto podría hacer que te preguntes por qué funciona para algunas personas, cuáles son las variables que predicen el éxito y si serías capaz de superar tus miedos a través de esta técnica. Esas son todas preguntas relevantes.

    Para responderlas, entran en juego dos variables principales:

    • Tipo de técnicas de exposición. Dependiendo del miedo de la persona, tienen una mayor probabilidad de éxito dependiendo de la técnica en la que participen. Por ejemplo, la prevención de exposición y respuesta es especialmente efectiva en personas que sufren TOC.
    • El compromiso del paciente. Por mucho que deseemos tener una varita mágica que podamos agitar y hacer desaparecer el miedo, eso está lejos de la realidad. Es necesario que la persona participe correctamente en los ejercicios y confíe en su terapeuta y en el proceso.
      Esta es una calle de doble sentido donde no solo es importante el esfuerzo del terapeuta, sino también el del paciente. Esta es la receta para una técnica de exposición exitosa.

    Línea de fondo

    Como hemos visto a lo largo de este artículo, hay muchas formas en que un terapeuta autorizado puede aplicar la terapia de exposición. No es un proceso agradable para el individuo, pero tiende a tener beneficios rápidos y significativos para su calidad de vida y bienestar.

    Piénsalo como si fueras al fisioterapeuta: en las sesiones, algunos masajes en el músculo afectado pueden doler. Después de algunas sesiones, el dolor comienza a disminuir, hasta que finalmente te sientes mucho mejor, puedes moverte de una manera que antes no podías y sin tener que experimentar dolor muscular.

    La terapia de exposición es similar. Las sesiones a veces son difíciles de llevar a cabo, pero si visualizas tu objetivo final y te mantienes en él, gradualmente se volverá más fácil. Pronto podrás vivir y moverte con mayor tranquilidad, sin que este miedo se interponga en tu día a día.

    Los entrenadores de BetterUp pueden ayudar a las personas a ver cómo el miedo o la ansiedad están afectando sus vidas y reconocer cuándo buscar tratamiento profesional. Descubra cómo BetterUp Care puede ayudar a su equipo.

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    Terapia de exposición: confrontar el miedo para aumentar el bienestar

    La terapia de exposición es una técnica psicológica altamente efectiva para tratar los trastornos de ansiedad y los miedos específicos. A través de la confrontación controlada de estas situaciones temidas, se busca disminuir o eliminar la respuesta de miedo y ansiedad.

    ¿En qué consiste la terapia de exposición?

    La terapia de exposición se basa en la premisa de que la evitación de situaciones temidas perpetua y refuerza el miedo. La exposición gradual y repetida a dichas situaciones temidas, bajo la guía de un terapeuta capacitado, ayuda al individuo a desensibilizarse y reducir su ansiedad.

    En esta terapia, el paciente se expone de manera sistemática a estímulos o situaciones que producen miedo o ansiedad. Esto puede implicar enfrentar situaciones reales o imaginadas, o incluso el uso de imágenes, escritos o videos relacionados con el miedo. El objetivo es enfrentar el miedo de manera controlada y aprender que la respuesta de ansiedad disminuirá con el tiempo.

    ¿Cómo se lleva a cabo la terapia de exposición?

    La terapia de exposición se realiza en un entorno seguro y controlado junto a un terapeuta especializado, quien guía al paciente durante todo el proceso. El terapeuta puede utilizar diferentes técnicas y estrategias, como la exposición en vivo, la exposición imaginada o la exposición virtual, según las necesidades y preferencias del paciente.

    Durante las sesiones de terapia de exposición, el terapeuta trabaja en colaboración con el paciente para establecer una jerarquía de situaciones temidas, comenzando por las menos amenazantes y avanzando hacia las más desafiantes. Esta jerarquía es personalizada y se adapta a las necesidades individuales de cada paciente.

    A medida que el paciente se expone gradualmente a las situaciones temidas, el terapeuta brinda apoyo y estrategias para manejar la ansiedad, implementando técnicas de relajación o mindfulness. La terapia de exposición puede llevar varias sesiones, dependiendo de la gravedad del miedo o trastorno de ansiedad.

    ¿Cuáles son los beneficios de la terapia de exposición?

    La terapia de exposición ha demostrado ser altamente efectiva en el tratamiento de diversos trastornos de ansiedad, incluyendo fobias específicas, trastorno de estrés postraumático, trastorno de pánico y trastorno obsesivo-compulsivo. Algunos de los beneficios más comunes de esta terapia son:

    1. Reducción del miedo y la ansiedad: La exposición repetida y controlada a las situaciones temidas ayuda a desensibilizar al individuo, reduciendo sus niveles de miedo y ansiedad.
    2. Mejoramiento de la calidad de vida: Al superar los miedos y las limitaciones asociadas, la terapia de exposición puede mejorar la calidad de vida y promover una mayor independencia y autonomía.
    3. Aumento de la confianza: Enfrentar y superar los miedos fortalece la confianza y la autoestima del individuo, permitiéndole enfrentar futuras situaciones desafiantes con mayor seguridad.

    Si estás interesado en obtener más información sobre la terapia de exposición, puedes consultar el artículo de Wikipedia sobre este tema.

    La terapia de exposición es una herramienta valiosa en la promoción del bienestar mental y emocional. No dudes en buscar la ayuda de un profesional si sientes que esta terapia puede ser beneficiosa para ti.

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