Lo perfecto es enemigo de lo bueno: 4 formas de prosperar en la ambigüedad

Si eres de aquellos que buscan la perfección en cada aspecto de su vida, es momento de replantear tu enfoque. En este artículo te mostraremos cómo prosperar en medio de la ambigüedad y abandonar la obsesión por lo perfecto. Descubre las 4 formas infalibles para enfrentarte a la incertidumbre y alcanzar el éxito en cualquier situación. ¡No te lo pierdas!

Nada es mejor que perfecto, ¿verdad? Desafortunadamente, por definición, tampoco hay nada más inalcanzable. Es tentador luchar por la perfección cuando estás trabajando en un proyecto que te importa, pero la perfección puede ser enemiga de lo bueno si te impide completar tu trabajo o hacer realidad tus objetivos.

Además, luchar por la perfección supone que es definible, conocible y alcanzable. En muchos casos, cuando el usuario final es alguien que no somos nosotros, en realidad no sabemos qué es la perfección. Mi “perfecto” no es el de otra persona. Y cambiará para mañana.

El adagio de que “lo perfecto es enemigo de lo bueno” tiene sus raíces en la literatura del siglo XVIII, pero su relevancia ha resistido la prueba del tiempo, y con razón. El perfeccionismo en realidad se está volviendo más común.

A metanálisis que compara las tasas de perfeccionismo entre generaciones descubrió que los millennials más jóvenes y la generación Z tienen más probabilidades de ser duros consigo mismos. Además, también es más probable que piensen que otras personas los juzgan con dureza y, a su vez, son mucho más exigentes con los demás.

Si bien puede parecer útil mantener un estándar alto, una crítica interna dura no beneficia a nadie. La autocrítica nos detiene en seco. En lugar de ayudarnos a producir a ese nivel superior, a menudo hacemos menos cosas y experimentamos más estrés.

¿Cómo podemos darle la vuelta a esta idea de perfección y aprender a usarla para nuestro beneficio? Comprender cómo reconocer cuándo las tendencias perfeccionistas se interponen en nuestro camino es clave. Deje que la frase “lo perfecto es enemigo de lo bueno” se convierta en su nuevo mantra a medida que mejora su autoeficacia, productividad y su capacidad de seguimiento.

Lo perfecto es enemigo de lo bueno: 4 formas de prosperar en la ambigüedad

¿De dónde viene “lo perfecto es enemigo de lo bueno”?

La frase perfecto es enemigo de lo bueno se usa a menudo para describir cómo las personas pueden quedar atrapadas en hacer las cosas perfectas y, como resultado, nunca hacer nada. Los orígenes de la frase son en realidad de un proverbio francés, que dice l’ennemi du bien est le bien.

El dicho se atribuye más comúnmente a Voltaire, el famoso escritor y activista francés. En su poema, La Bégueule, un personaje señala:

Dans ses écrits, un sage Italien,
Dit que le mieux est l’ennemi du bien.

Lo que esto significa es que las personas que luchan por la perfección son en realidad su peor enemigo. Están tan ocupados tratando de hacer que todo sea perfecto, buscando lo mejor, que no se dan cuenta de cuándo el progreso puede marcar una diferencia mayor que la perfección.

El deseo de perfección a menudo impide un trabajo excelente. Todos somos seres humanos con diferentes niveles de competencia cuando se trata de ciertas tareas, y la única forma de hacer algo a la perfección es hacer algo que esté completamente dentro de tu zona de confort. Esforzarse por el progreso en lugar de la perfección le permite el espacio para probar y, lo que es más importante, para aprender.

En tecnología, esta frase se ha convertido en una especie de grito de guerra. Las nuevas empresas y otras organizaciones que dependen de la innovación para satisfacer las necesidades cambiantes de los clientes en mercados en crecimiento se unen en torno al producto mínimo viable: la idea de obtener “algo” para probar suposiciones y acelerar el aprendizaje y el progreso.

Estos líderes empresariales animan a sus empleados a dejar de lado la idea de la perfección y centrarse en cambio en hacer las cosas. La velocidad no es lo único, pero la velocidad importa. Este enfoque ayuda a crear un flujo de ideas y una voluntad de asumir riesgos.

El problema cuando lo perfecto es enemigo de lo bueno

La búsqueda de la perfección puede ser perjudicial de muchas maneras. En primer lugar, puede interponerse en el desempeño y el aprendizaje. Si nos esforzamos constantemente por la perfección, nunca nos daremos la oportunidad de cometer errores y aprender de ellos.

En segundo lugar, puede dañar las relaciones. Cuando nos enfocamos en la perfección, es menos probable que podamos ver lo bueno en los demás y apreciar sus imperfecciones. Nos volvemos más críticos con los demás, lo que reduce tanto la colaboración como la conexión.

En tercer lugar, puede conducir a problemas de salud física y mental. El perfeccionismo puede causar estragos en tu salud mental. Las tendencias perfeccionistas son una pendiente resbaladiza hacia el pensamiento de todo o nada, lo que puede hacer que tires la toalla por completo cuando sientas que no puedes hacer algo bien.

Aquí hay algunas señales de que el perfeccionismo se interpone en el camino del progreso, para usted o para un miembro del equipo:

Señales de que el perfeccionismo se interpone en el camino

  • Nunca te sientes satisfecho o feliz con tu trabajo.
  • Constantemente te comparas con los demás.
  • A menudo pospones las tareas, incluso las pequeñas.
  • Te sientes apegado a tu identidad como perfeccionista, por lo que te sientes amenazado cuando el trabajo no es “perfecto”.
  • Las personas cercanas a usted están frustradas con su impulso por el perfeccionismo.
  • Se siente paralizado por las elecciones y decisiones que tiene que tomar en su trabajo
  • Evitas compartir tu trabajo con otros.
  • Secretamente (o no tan secretamente) cree que “perfecto” es la respuesta correcta, y le molesta la disposición de los demás a comprometerse.
  • Tiene dificultades para articular sus expectativas, pero a menudo siente que usted o los demás se quedan cortos
  • Tu búsqueda de la perfección te está causando ansiedad o depresión.
  • Lo perfecto es enemigo de lo bueno: 4 formas de prosperar en la ambigüedad

    Cómo evitar que lo perfecto se interponga en el camino de lo bueno

    Si lidias con fuertes tendencias perfeccionistas, tratar de enfrentarlas directamente no será fácil. En mi experiencia, romper estos hábitos no es un interruptor de luz. Es más como un péndulo. Te balanceas de un extremo al otro, y el objetivo no es estar en ningún lado. Con autoconciencia (y un poco de desaprendizaje) encuentras una manera de reducir la velocidad y acercarte al medio.

    Si está “calibrado” para buscar la perfección, tendrá que aprender a buscar pruebas que desafíen ese pensamiento. Aquí hay algunas maneras de desaprender estas tendencias y seguir avanzando:

    1. Concéntrate en la comunicación

    No necesitas saberlo todo. A menudo, a los perfeccionistas les preocupa revelar sus defectos al cometer un error. Pero compartir su trabajo sobre la marcha eleva la calidad del producto terminado y mantiene a la otra parte informada sobre cómo pueden ayudarlo.

    2. Fortalece tus relaciones a través de la retroalimentación

    La retroalimentación ayuda a generar confianza entre dos partes. Sin embargo, si tu identidad está envuelta en ser perfecta, interpretarás esa retroalimentación como una amenaza. Cuanta más confianza construyas en tus relaciones, al compartir tu trabajo y ser sincero sobre tus desafíos, más fácil será tomar riesgos en el futuro.

    3. Siéntete cómodo con el fracaso

    Moverse rápidamente y crecer a menudo significa arriesgarse al fracaso. Esta bien. Redefine tu comprensión de lo que es el fracaso y no dejes que te limite. Establezca metas que se basen en factores neutrales dentro de su control. No puedes hacer que todos amen tu trabajo o hacer que un cliente compre tu producto. Pero puede terminarlo a tiempo, pedir comentarios, hacer diez llamadas telefónicas o cualquier otro comportamiento. A veces (a menudo) hecho es mejor que perfecto.

    4. Comprender la intención de un esfuerzo

    Saber qué nivel de perfección se requiere en una tarea. Muchos esfuerzos no requieren esfuerzos minuciosos o perfección para ser valiosos. A veces, simple y hecho es mejor que perfecto e inacabado.

    En algunos casos, trabajar a través de la ambigüedad es parte del juego. No es un reflejo de tus habilidades o esfuerzo. Tener claro lo que aún no se puede conocer puede liberarlo para hacer lo mejor que pueda, sin importar cómo se vea.

    Prosperar en la ambigüedad

    Lo opuesto a la perfección no es el fracaso. Es la voluntad de asumir riesgos, mostrarse auténticamente y aprender a prosperar en medio de la ambigüedad.

    Uno de mis mentores suele decir: “No puedes conducir un automóvil estacionado”. No hay nada de malo en luchar por la perfección absoluta, siempre y cuando entiendas lo que realmente significa. La perfección no es un fin en sí misma. Es la lente a través de la cual ve un proyecto para identificar áreas de mejora.

    Evita quedar atrapado en esos detalles o en tu miedo al fracaso. A veces, las cosas imperfectas son perfectas tal como son, especialmente cuando brindan la capacidad de aprender y crecer a partir de ellas.

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    Lo perfecto es enemigo de lo bueno: 4 formas de prosperar en la ambigüedad

    Lo perfecto es enemigo de lo bueno: 4 formas de prosperar en la ambigüedad

    La ambigüedad es una realidad inevitable en muchas áreas de nuestra vida. Desde el trabajo hasta las relaciones personales, a menudo nos encontramos con situaciones en las que no hay respuestas definitivas o soluciones perfectas. Sin embargo, en lugar de frustrarnos por la ambigüedad, podemos aprender a prosperar en ella. En este artículo, exploraremos algunas de las preguntas más frecuentes sobre cómo navegar en la ambigüedad y lograr el éxito incluso en situaciones imperfectas.

    1. ¿Cómo puedo tomar decisiones sin tener toda la información?

    En la vida cotidiana, es raro tener acceso a toda la información necesaria para tomar decisiones perfectamente informadas. Sin embargo, eso no significa que debamos posponer todas nuestras decisiones hasta que tengamos todos los datos. Una forma de prosperar en la ambigüedad es aprender a confiar en nuestra intuición y utilizar la información disponible para tomar la mejor decisión posible en ese momento.

    2. ¿Cómo puedo gestionar el fracaso en situaciones ambiguas?

    El fracaso es inevitable en cualquier contexto, y aún más en situaciones ambiguas donde no hay garantías de éxito. En lugar de temer al fracaso, debemos aprender a verlo como una oportunidad de aprendizaje. Al abrazar el fracaso como parte del proceso de crecimiento, podemos adaptarnos más fácilmente a la ambigüedad y utilizar nuestra creatividad para encontrar soluciones alternativas.

    3. ¿Cómo puedo comunicar eficazmente en situaciones ambiguas?

    La comunicación clara y efectiva es fundamental para prosperar en la ambigüedad. En lugar de asumir que todos tienen la misma comprensión de una situación o expectativas, debemos comunicar de manera proactiva nuestras ideas, preguntas y preocupaciones. También es importante cultivar habilidades de escucha activa para comprender mejor a los demás y colaborar en la resolución de problemas en situaciones ambiguas.

    4. ¿Cómo puedo mantenerme motivado en situaciones donde no hay una solución perfecta?

    La falta de una solución perfecta puede ser desalentadora, pero eso no significa que debamos rendirnos o conformarnos con la mediocridad. Una forma de prosperar en la ambigüedad es establecer metas realistas y enfocarse en el progreso y la mejora continua. Al celebrar los logros pequeños y reconocer el avance, podemos mantenernos motivados incluso en situaciones donde no hay una solución perfecta a la vista.

    Fuente: Wikipedia

    1. Confía en tu intuición: Toma decisiones basadas en la información disponible en lugar de esperar toda la información.
    2. Aprende del fracaso: No temas al fracaso, úsalo como una oportunidad para aprender y crecer.
    3. Comunica proactivamente: Expresa tus ideas, preguntas y preocupaciones de manera clara y efectiva.
    4. Enfócate en el progreso: Establece metas realistas y celebra los logros pequeños en lugar de buscar la perfección.


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