Estrés: ¿Es bueno o es malo? En realidad, son ambos

El estrés, ese enemigo invisible que nos afecta a todos. ¿Pero es realmente malo? En este artículo descubrirás que el estrés no siempre es negativo, sino que también puede ser beneficioso en ciertas situaciones. ¡Sorprendente, ¿verdad?! Acompáñanos a explorar el mundo del estrés y descubrir cómo realmente afecta nuestra vida.

Estrés: ¿Es bueno o es malo? En realidad, son ambos

Por lo general, no nos jactamos de estar estresados. De hecho, muchos de nosotros soñamos con vivir una vida lo más “libre de estrés” posible. Pero, ¿es realmente un buen objetivo?

La vida sería aburrida sin desafíos y sorpresas. La monotonía trae su propio estrés.

Pero los eventos estresantes, inesperados y desafiantes son más que un descanso del aburrimiento. Estos factores estresantes potenciales nos brindan oportunidades para estirarnos y crecer. En esencia, el estrés es exactamente eso: una oportunidad para crecer.

Vale la pena examinar la diferencia entre el estrés bueno y el estrés malo, cómo lidiar con ambos, cómo transformar el estrés en algo productivo y por qué necesitamos el estrés en nuestras vidas.

¿Qué es estrés?

El estrés agudo es el término para un factor estresante de corta duración. Generalmente se asocia con una respuesta protectora. Si estuvieras saliendo a una calle concurrida, tu cuerpo reaccionaría rápidamente para sacarte del peligro. El pánico que sientes es un signo de estrés agudo. Sin embargo, cuando el peligro ha pasado, la respuesta al estrés generalmente se disipa. Cuando lo hace, nuestro cuerpo tiene la oportunidad de recuperarse de la respuesta fisiológica.

En la vida moderna, podemos experimentar un estrés agudo al hablar en público o una discusión o casi perder el tren. El estrés agudo puede ser problemático cuando el evento estresante es grave, por ejemplo, experimentar violencia o temer por nuestra vida, y la respuesta al estrés persiste.

El estrés crónico es una experiencia duradera, generalmente arraigada en circunstancias que están fuera de nuestro control. Es posible que estemos estresados ​​debido a problemas de relación, responsabilidades continuas, desigualdades sistémicas, un entorno que cambia rápidamente o una condición médica a largo plazo.

Con el estrés crónico, experimentamos continuamente la respuesta fisiológica intensificada del estrés agudo. Dado que nuestros cuerpos y mentes no tienen la oportunidad de recuperarse, comenzamos a experimentar efectos secundarios negativos que dañan nuestra salud física y mental. Estos pueden incluir:

  • Ansiedad
  • Depresión
  • Irritabilidad
  • Fatiga
  • Pérdida de autoeficacia
  • agotamiento
  • Agotamiento de la empatía
  • Sistema inmunológico debilitado
  • Molestias y dolores inexplicables (incluyendo dolores de cabeza)
  • Dificultad con la memoria y la concentración.

Cuando las personas hablan de estar estresadas, lo más probable es que se refieran al estrés crónico.

El eustrés, sin embargo, es un estresor positivo. ¿Cómo puede el estrés ser realmente algo bueno? Dado que el propósito biológico del estrés es agudizar nuestros sentidos para que podamos rendir al máximo, un poco de estrés puede ayudar.

En el coaching de desempeño, las personas que alcanzan un alto nivel a menudo dan crédito al estrés por su increíble desempeño. Los atletas suelen hablar de la presión de la competición. Los actores hablan sobre el dibujo de la energía de la audiencia. En las circunstancias adecuadas, el estrés positivo (generalmente conocido como expectativa, emoción o anticipación) puede mejorarnos.

Estrés bueno versus estrés malo

No todos los factores estresantes son iguales. Con buen estrés, generalmente esperamos el resultado de la situación. Planificar una boda, conseguir un nuevo trabajo o un ascenso, o tener un bebé son ejemplos comunes de eustrés. Si bien estas experiencias implican mucho trabajo, e incluso causan algunos sentimientos difíciles, como lo atestiguan cualquier novia o padre primerizo, el beneficio del evento vale la pena.

Los sentimientos positivos de expectativa, emoción y anticipación nos permiten equilibrar la interrupción de nuestro equilibrio con los beneficios anticipados. En algunos casos, como la planificación de unas vacaciones, la anticipación en realidad puede ser tan agradable como la experiencia misma.

Ese es otro elemento importante del estrés positivo. Tanto el estrés crónico como el estrés agudo son tipos de angustia (en otras palabras, estrés negativo). Cuando experimenta angustia, a menudo no tiene ningún control sobre cuánto durará el factor estresante y no espera ningún beneficio como resultado.

Además de estar acompañado por un resultado deseable, el buen estrés generalmente también se ajusta a un marco de tiempo específico. En otras palabras, sabes que el estrés no durará para siempre. Los niños crecen, te gradúas de la escuela, abres esa última caja o dices “Sí, acepto”. La sensación de control que tienes sobre las circunstancias, así como el marco de tiempo finito, hace que sea más fácil lidiar con el estrés positivo.

Estrés: ¿Es bueno o es malo? En realidad, son ambos

¿Por qué es bueno sentir estrés de vez en cuando?

Aunque a menudo nos referimos al estrés como algo negativo, es bueno sentirse estresado de vez en cuando. Si nunca tuviéramos estrés, la vida sería bastante aburrida y aburrida. ¡Imagina un videojuego sin malos! Bastante cojo, ¿verdad?

Los factores estresantes positivos nos dan algo que esperar. Nos ayudan a crecer y convertirnos en individuos más capaces. Ciertos factores estresantes dan sentido a las estaciones de nuestra vida, como ir a la universidad, criar niños pequeños o construir un negocio.

Un poco de estrés es útil de las siguientes maneras:

  • Te proporciona una explosión de energía.
  • Puede ayudarlo a enfrentar los desafíos diarios y motivarlo a alcanzar sus metas.
  • Agudiza tu atención y enfoque.
  • Puede ayudarlo a realizar tareas de manera más eficiente.
  • Puede alertarte cuando algo no está bien (la respuesta de lucha o huida)
  • Puede ayudarlo a desarrollar resiliencia ante los contratiempos
  • Los efectos del buen estrés

    Con la cantidad adecuada de buen estrés, la vida se vuelve más emocionante. El buen estrés es el resultado del compromiso, que a menudo conduce al flujo. El flujo está asociado con niveles más altos de felicidad y productividad. De hecho, muchos psicólogos y entrenadores creen que el flujo es el antídoto contra el agotamiento y la languidez.

    Aquí hay 4 beneficios del buen estrés:

  • Te desempeñas mejor y logras más
  • Te conectas con otros de maneras más significativas
  • Aprendes más sobre ti
  • Te desafías a ti mismo de nuevas maneras y construyes tu autoeficacia.
  • Dado que el buen estrés conduce naturalmente al crecimiento, experimentar desafíos es la forma más segura de desarrollar su capacidad. El famoso psicólogo Lev Vygotsky sintió que las personas aprendían mejor cuando se enfrentaban a un desafío justo fuera de su zona de confort actual. Se refirió a esto como la zona de desarrollo próximo, o la brecha entre lo que una persona ya domina y lo que puede lograr con apoyo.

    A medida que trabaja para enfrentar y dominar sus desafíos actuales, transforma su estrés malo en estrés bueno. Pero eso no es todo. Aprender a lidiar con el estrés de manera efectiva y cómo usarlo para su beneficio lo prepara para desempeñarse a un nivel superior.

    ¿Cuándo el estrés bueno se vuelve malo?

    El buen estrés sigue siendo estrés. Demasiado, de cualquier tipo de estrés, puede provocar los mismos efectos secundarios mentales, físicos y emocionales. Es importante administrar su bienestar o trabajar con un profesional que pueda ayudarlo a asegurarse de que no se exceda. Aquí hay 5 señales a tener en cuenta cuando se trata de decidir si una fuente de estrés se ha vuelto demasiado.

    El estrés bueno se convierte en estrés malo cuando:

    1. Es crónico. Incluso si alguna vez fue algo que anhelabas, ahora sientes que no hay un final a la vista.

    2. No puedes controlarlo. Te vuelves incapaz de establecer límites efectivos o administrarlos de manera eficiente.

    3. Te impide hacer cualquier otra cosa. Si el factor estresante ocupa todo su tiempo o le impide hacer otras cosas que desea hacer, es posible que se vuelva resentido.

    4. Se siente fuera de línea con sus objetivos. No ve el beneficio a largo plazo, por lo que ya no se siente como si el estrés valiera la pena.

    5. Entra en conflicto directo con otra prioridad o valor. Tener que elegir entre valores en conflicto puede hacer que una situación levemente estresante sea emocionalmente agotadora.

    Estrés: ¿Es bueno o es malo? En realidad, son ambos

    ¿Puede el estrés malo convertirse en estrés bueno?

    La buena noticia es que así como el estrés bueno puede convertirse en estrés malo, el estrés malo puede convertirse en estrés bueno, incluso cuando las circunstancias no son las ideales. Con la práctica, puede replantear casi cualquier situación estresante en una experiencia de aprendizaje útil.

    6 maneras de convertir el estrés malo en bueno:

    1. Ver los beneficios potenciales de una situación.

    Mire la situación desde todos los ángulos y comuníquese con un entrenador o terapeuta si tiene problemas para encontrar los aspectos positivos. Aunque puede que no esté en línea con lo que esperaba o deseaba, muchas situaciones que parecen desafiantes al principio a menudo pueden ayudarnos a crecer de maneras inesperadas.

    2. Recuerda tus puntos fuertes.

    Cuando nos quedamos en nuestra zona de confort, no podemos utilizar nuestras fortalezas en todo su potencial. Las situaciones estresantes le permiten asumir un papel de liderazgo. También lo alientan a utilizar su ingenio y perfeccionar su capacidad para crecer y prosperar bajo presión.

    3. Concéntrese en los recursos que tiene.

    Una vez que estamos arraigados en hábitos cómodos, tendemos a dar por sentado los medios que tenemos a nuestra disposición. Superar el estrés puede ayudarnos a ver nuestros activos de una manera nueva. A menudo subestimamos lo que podemos hacer con lo que ya tenemos a mano.

    4. Conéctese con otros.

    Apoyarse en otros para enfrentar un desafío a menudo une a un grupo como ninguna otra cosa. Cuando se trabaja hacia un objetivo común, las personas suelen hacer su mejor y más creativo trabajo. La colaboración permite a los colegas apoyarse en la fuerza de los demás para maximizar sus propias habilidades. Es posible que descubra que puede prosperar de nuevas maneras cuando trabaja con un equipo de apoyo.

    5. Aprende algo nuevo.

    No hay nada como sorprenderse a uno mismo. El estrés le permite crecer y aprender nuevas formas de hacer las cosas. Puede descubrir enfoques creativos para desafíos de larga data y desarrollar su capacidad de aprender. Como beneficio adicional, el aprendizaje mantiene tu mente joven, tu estado de ánimo elevado y abre la puerta a nuevas relaciones a medida que creces.

    6. Espere un crecimiento positivo.

    ¿Qué tienen en común todos los desafíos? Requieren crecimiento para superarlos. Los líderes a menudo citan las experiencias más inesperadas o difíciles como las que más los prepararon para sobresalir. Tomar cada circunstancia estresante como una oportunidad de crecimiento puede ayudarlo a transformar la forma en que percibe y experimenta el estrés.

    El estrés es inevitable, pero no es incontrolable. Enfrentarse a desafíos estresantes es una oportunidad para crecer y desarrollar sus habilidades para el éxito continuo. Si bien no necesariamente puede controlar todo lo que le sucede, puede controlar si lo ve como estrés bueno o estrés malo. Tu perspectiva hará toda la diferencia.

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    Estrés: ¿Es bueno o es malo? En realidad, son ambos

    Estrés: ¿Es bueno o es malo? En realidad, son ambos

    El estrés es una respuesta natural del cuerpo ante situaciones desafiantes o difíciles. Todos experimentamos estrés en algún momento de nuestras vidas, ya sea por presiones laborales, problemas familiares, estudios o cualquier otro factor estresante. Sin embargo, la pregunta persiste: ¿Es el estrés bueno o malo para nuestra salud?

    1. ¿Qué es el estrés?

    El estrés es una respuesta fisiológica del organismo que nos permite afrontar situaciones demandantes. Nuestro cuerpo libera hormonas como el cortisol y la adrenalina, preparándose para una reacción de lucha o huida. Esta respuesta es necesaria en ciertas circunstancias, ya que nos ayuda a mantenernos alerta y a tomar decisiones rápidas.

    2. ¿Cuándo el estrés es bueno?

    El estrés en pequeñas dosis puede ser beneficioso. Nos impulsa a superar desafíos, mejorar nuestro rendimiento y alcanzar nuestras metas. Por ejemplo, cuando nos preparamos para una presentación importante, el estrés puede aumentar nuestra concentración y aumentar nuestra capacidad de respuesta. Además, el estrés moderado también fortalece nuestro sistema inmunológico, preparándonos para enfrentar enfermedades y combatir infecciones.

    3. ¿Cuándo el estrés es malo?

    El estrés se vuelve perjudicial cuando es crónico o excesivo. Si estamos constantemente sometidos a altos niveles de estrés, nuestro cuerpo se agota física y emocionalmente. El estrés crónico puede desencadenar problemas de salud como enfermedades cardíacas, trastornos del sueño, ansiedad o depresión. Además, el sistema inmunológico debilitado debido al estrés prolongado nos hace más propensos a enfermedades.

    4. ¿Cómo manejar el estrés?

    Existen diversas estrategias de manejo del estrés que pueden ser útiles para mantenerlo bajo control:

    1. Identificar las causas del estrés: Identificar las situaciones o eventos que desencadenan el estrés es el primer paso para hacerles frente de manera adecuada.
    2. Hacer ejercicio regularmente: La actividad física ayuda a reducir los niveles de estrés, liberando endorfinas y mejorando nuestro estado de ánimo.
    3. Practicar técnicas de relajación: La meditación, la respiración profunda y el yoga son ejemplos de técnicas de relajación que pueden aliviar el estrés.
    4. Mantener una buena alimentación: Una dieta equilibrada y saludable contribuye a fortalecer nuestro sistema inmunológico y a reducir los efectos negativos del estrés en nuestro cuerpo.

    Recuerda que cada persona es diferente, por lo que encontrar las estrategias de manejo del estrés que funcionen para ti es fundamental. Y si los niveles de estrés se vuelven abrumadores, no dudes en buscar ayuda profesional.

    Para obtener más información sobre el estrés, puedes consultar el siguiente enlace: https://es.wikipedia.org/wiki/Estr%C3%A9s


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